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#1 Cambio de peso
En una primera instancia, y dado que el alcohol es
un poderoso estimulante del apetito, su consumo excesivo puede
desencadenar en una mayor ingesta de calorías y, por consiguiente, en un
aumento de peso.
Ahora bien, cuando la adicción es más severa, las bebidas
alcohólicas tienden a provocar el efecto contrario. Y es que para una
persona adicta los alimentos pasan a un segundo lugar: la primacía
absoluta la adquiere el alcohol.
#2 Cáncer de mama
De acuerdo a más de un estudio, el abuso del alcohol tiende a incrementar los riesgos de padecer cáncer de mama.
Si bien todavía no se conoce con certeza por qué, se sospecha que pueda
tener que ver la alteración en los niveles hormonales que genera el consumo de bebidas alcohólicas.
#3 Accidentes de tránsito
A pesar de la inmensa campaña publicitaria que se
ha construido en los últimos años en torno a este tema, no todas las
personas son conscientes de los riesgoso que es manejar bajo la influencia del alcohol.
Este enlentece el funcionamiento cerebral y prolonga los tiempos de
reacción. Estos efectos multiplican las posibilidades de sufirir un
accidente y acabar no solo con tu vida, sino con las de otras personas
inocentes.
#4 Corazón enfermo
Es verdad: una pequeña dosis de alcohol puede contribuir a elevar
los niveles de colesterol bueno y, de esta manera, prevenir numerosas enfermedades cardíacas.
Pasarse de la raya, sin embargo, genera el efecto contrario. En este
sentido, el exceso de alcohol incrementa la proporción de grasas en
sangre y expone a tu corazón a experimentar todo tipo de dolencias.
Asimismo, favorece la hipertensión.
#5 Hígado doliente
Este efecto es bien conocido: la ingesta desmesurada de bebidas
alcohólicas daña al hígado y puede terminar por causar cirrosis. Por
otra parte, el alcohol inhibe la acción de nuestras defensas naturales
contra los radicales libres. Esto acentúa el daño hepático de este tipo
de bebidas. |
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